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economia del amor
Por Elizabet Parra

Amor y Economía

14 Feb 2019 | Post

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Tratando de usar las herramientas racionales de la economía podrás obtener un enorme retorno sobre tus inversiones en el mercado de las relaciones. Fue el economista británico William Nicolson quién desarrollo con descaro la llamada economía del amor que podrás encontrar brevemente en estas 7 reglas económico-amorosas ❤️ ❤️:

 

Regla 1: Diferencia tu producto para poder restringir la oferta y aumentar el precio: 

La regla número uno de cualquier manual de economía es restringir la oferta para aumentar el precio. Lo escaso o exclusivo se puede vender a un precio mayor del que verdaderamente tiene, pensemos en un Rolex, por ejemplo. Va a ser algo difícil de conseguir.

Tienes que ser una persona cara porque nadie quiere estar con una persona que la puede conseguir cualquiera. Es necesario sentir que nos hemos ganado ese acceso exclusivo al amor de nuestra/o amante. Eso sí, no vayas de lista/o desde el principio pues hasta que no exista una clara diferencia en el mercado no se puede aumentar el precio del producto. ¡Sé única/o!

 

Regla 2: Retrasa el pay-back.

Es necesario incurrir en gastos de revelación de tipos para demostrar que somos un buen producto. Tanto los buenos como los malos partidos hacen y dicen lo mismo en los primeros días conociendo a alguien, la diferencia es que los buenos productos lo dicen porque realmente les gusta la otra persona y los malos solamente para acostarse con ella.

Entonces, ¿Cómo puede un buen producto diferenciarse de uno malo? Simplemente haciendo lo que un/a idiota no estaría dispuesta/o a hacer: esperar. Los inversores idiotas descuentan los pagos futuros mucho más que los buenos inversores, por tanto, lo mejor será tratar de inhibir deliberadamente las posibilidades de actuar con rapidez, o lo que es lo mismo, queda para comer y no para cenar.

 

Regla 3: Pensar en las preferencias de riesgo antes de invertir en una relación.

El punto fuerte de la venta de una relación es la seguridad. Sabes perfectamente con quien te vas a ir a casa al final de la noche y siempre tienes a alguien a quien acudir si las cosas se ponen feas. Es decir, tienes una inversión estable y libre de riesgos, más o menos como tener el dinero en el banco.

Eso sí, si lo que prefieres es la excitante volatilidad, con inciertos periodos de sequía puntuales, pero con grandes beneficios esporádicos de aventuras de una noche, quizá, entonces no es el momento de colgar tu chaqueta de comercio de acciones todavía.

 

Regla 4: Coste de oportunidad.

Nunca evalúes tus activos o relaciones en base a los costes o beneficios pasados, es decir, no debes pensar en los grandes momentos que has pasado con alguien a la hora de decidir si quieres seguir con esa relación o no. Un activo pudo ser de gran valor y no serlo ahora, no debemos estancarnos en el pasado o querer aguantar en una relación porque una vez fuimos felices.

Hemos de evaluar los costes de oportunidad: cuántos son los momentos buenos que pensamos que tendremos en el futuro, o si podremos encontrar tiempos mejores en otros lugares. El coste alternativo de la economía del amor.

 

Regla 5: Aumenta tu ROI sacrificando liquidez.

A las personas les gusta el dinero líquido, en el bolsillo, por ello se premia el mantenerlo inmovilizado a cambio de un tipo de interés (como cuando lo pones a plazo fijo en el banco.) Lo mismo ocurre con las relaciones amorosas: prepárate para renunciar a algunas de tus libertades y serás ricamente recompensada/o.

 

Regla 6: Auto depreciación como señal de valor futuro.

Los valores futuros se deprecian, por tanto, las personas arrogantes que no son capaces de auto depreciarse al comienzo, acaban teniendo un menor valor. De modo que, si eres humilde desde el principio, dejaras que sea la otra persona la que descubra tu valor por si sola y adquirirás un valor futuro más elevado.

 

Regla 7: Diversificar tu portafolio.

Esta ha sido siempre un consejo muy extendido en economía, aunque, personalmente nosotros consideramos mucho más efectiva la focalización en las carteras de inversiones. No obstante, esta teoría anima a asumir diferentes niveles de riesgo con diversas personas para comprobar con cuál funciona mejor. Si te quemas en los negocios de riesgo siempre podrás acudir a las personas de menor riesgo y mayor garantía.

 

La economía es una ciencia fantástica

Esta son algunas de las reglas económicas que William Nicolson desarrolla en su libro el “Economista romántico” y que nosotros te hemos resumido a modo de curiosidad. Por supuesto, no pretenden ser un consejo a aplicar en tus relaciones. Somos expertos economistas, pero no expertos en Amor.

La economía es una ciencia fantástica, pero la razón por la que se utiliza tanto en el mundo de las finanzas es porque mide, entre otros recursos, el dinero, y el dinero es un lubricante social a través del cual se puede interactuar unos con otros creando una barrera entre las personas. Si tratáramos de aplicar teoría económica al amor, se eliminaría ese lubricante que es el dinero, ese amortiguador entre los dos, y se empezaría a hablar de producto y consumo refiriéndose a personas. Todo se volvería increíblemente duro porque el dinero no está ahí para regular la relación.

Quizá pensar en tus relaciones como ecuaciones técnicas y predecibles puede ser factible a corto plazo, sin embargo, aun amando la teoría económica, en Zenith Soluciones pensamos que es el optimismo irracional el que se necesita para tener cualquier tipo de relación significativa y no teorías económicas aplicadas.

 

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